Hace exactamente un año, la pandemia de COVID-19 interrumpió bruscamente el aprendizaje en todo el mundo, creando la interrupción más grave de la historia de la educación. más grave de la historia. En el punto álgido de la crisis, según datos de la UNESCO, más de 1.600 millones de alumnos en más de 190 países dejaron de asistir a la escuela. Más de 100 millones de profesores y personal escolar se han visto afectados por
el cierre repentino de centros educativos.
El encierro ha sacado a la luz el término y la cuestión del «abandono escolar».
Durante el confinamiento, el abandono escolar habría alcanzado el 50% en algunos establecimientos.
Para ello, el proyecto pretende apoyarse en estructuras asociativas situadas en barrios prioritarios, que han desplegado mecanismos de integración socioprofesional a nivel local, que muy a menudo aportan innovación.
Pero, a menudo aisladas, poco valoradas, con pocos recursos, enfrentadas a problemáticas complejas relacionadas con el perfil de los jóvenes que abandonan los estudios, sólo pueden sólo pueden dirigirse a un número reducido de jóvenes. Estos actores expresan necesidades de apoyo y acompañamiento, y esta es la razón por la que han formado esta asociación estratégica.
Debido al perfil de estos jóvenes vulnerables, acentuado por la crisis, es necesario trabajar en soluciones que permitan:

  • Mejorar la inclusión social de los jóvenes
  • Desarrollar habilidades y competencias clave para garantizar la empleabilidad de los jóvenes.
    Por ello, queremos acompañar mejor a los jóvenes con fracaso escolar hacia el mercado laboral y garantizar así su empleabilidad, trabajando en módulos de formación personalizados.
    Para lograrlo debemos
  • Reforzar las capacidades de los agentes socioeducativos que apoyan a los jóvenes que abandonan los estudios mediante la formación y el intercambio de buenas prácticas
  • Capitalizar los perfiles, experiencias y competencias complementarias de los actores socioeducativos implicados en el proyecto, con el objetivo de replicar estas buenas prácticas.

A largo plazo, los impactos de este proyecto son la inclusión de un mayor número de jóvenes que abandonan la escuela y que están poco cualificados y/o desfavorecidos. cualificados y/o desfavorecidos, así como el refuerzo de la cooperación entre las organizaciones y las instituciones territoriales y instituciones territoriales y nacionales, para que estas últimas puedan integrar las buenas prácticas en su política educativa.